Animales fantásticos y dónde encontrarlos II: El tiburón con un buen martillo

Aquí me hallo una vez más, debido a que me apetecía hablar sobre alguno de estos animales fantásticos. En esta ocasión será uno que es bastante inusual. Además de conocerle, veremos dónde se puede encontrar a este animal fantástico, aunque ya adelanto que será algo diferente a lo común. También pretendo que esta entrada sirva como recopilación de información de esta especie en cuestión, por lo que quizás esta entrada sea un poco larga.

Por lo que sin más dilaciones… ¡Allá que vamos!

Esta entrada trata sobre el “Buen martillo de Bloch” … Bueno, lo podemos traducir como Eusphyra blochii, aunque comúnmente se le puede llamar tiburón martillo cabeza de flecha o cornuda planeadora, en inglés se le conoce como winghead shark.

Antes de conocer a esta especie, quisiera remarcar la etimología de su nombre científico, además de la curiosa y enrevesada historia que éste posee. Ya que, Eusphyra proviene del griego: buen (eu) + martillo (sphyra). Por otro lado, blochii proviene del naturalista Marcus Elieser Bloch, ya que éste fue el que describió a esta especie en 1785. Sin embargo, él la describió como Squalus zygaena. Hasta que en 1816, a manos del zoólogo Georges Cuvier, decidió cambiarlo a Zygaena blochii. Aunque no fue hasta 1862, que Theodore Gill propuso el género Eusphyra para esta especie, pero no fue aceptado por lo menos hasta 1948.

Figura 1: Árbol filogenético de los tiburones martillo (Sphyrnidae ¹). Sacado de Mara et al. (2015).

Dejando atrás la larga historia de su nombre científico. Sabemos que los tiburones martillo o esfírnidos (Sphyrnidae), son una familia de tiburones, cuanto menos singular, especialmente debido a la forma de martillo que poseen las 10 especies de dicha familia. Aunque dentro de la singularidad de éstas, E. blochii destaca por ser el miembro más extravagante y arcaico de esta familia, siendo éstos, méritos suficientes para que tenga un género diferente a las otras 9 especies, las cuales sí poseen el género Sphyrna. Respecto a lo de arcaico, se estima que la separación del género Eusphyra fue hace unos 15 – 20 millones de años, en el Mioceno, lo cual es algo sumamente reciente (dentro de lo que cabe).

¿Qué la hace tan singular? Desde luego que la característica morfológica más singular, se trata de su aliforme cabeza con expansiones estrechas. Debido a que, si se compara al resto de los esfírnidos, E. blochii posee la proporción de la anchura de la cabeza respecto a la longitud total (TL) ² del cuerpo, más elevada de toda la familia. Siendo ésta de un 40 – 50% de la TL, siendo muy superior a la de S. mokarran, cuya media se sitúa en segundo lugar, con un 25% de la TL. Y eso que E. blochii no posee grandes TLs, dicha medida oscila alrededor de los 100 cm en su adultez, aunque una hembra posee la máxima medida hasta la fecha, siendo ésta de 186 cm. También se puede decir que los machos con 5,5 años, ya son sexualmente maduros, mientras que las hembras tardan un poquito más, con 7,2 años. Sin embargo, esta especie alcanzaría una edad máxima de 21 años (no está nada mal oye).

Figura 2: Ejemplar de Eusphyra blochii. Fotografía de Nicolas Lubitz (Sharks and Rays Australia).

Siendo lo anterior, la característica más destacable. Hay otras que se deben mencionar, para que sea su descripción un poco más precisa (cosas mías vaya). Esta especie presenta un color blanco de forma ventral, mientras que la dorsal es grisácea e incluso parda. El origen de la primera aleta dorsal está sobre las bases de las pectorales, más adelantada que otras especies de su propia familia. La foseta precaudal dorsal, es longitudinal y no con forma de media luna. Además de que sus narinas son especialmente anchas, siendo casi el doble de la anchura de la boca.

¿Y dónde vive? Esta especie habita en las aguas someras de la plataforma continental e insular, también podemos encontrarla de igual forma, en las aguas salobres de los estuarios en los que entra. Longitudinalmente, ésta se distribuye desde el Indo-Pacífico occidental hasta el golfo Pérsico. Mientras que, de forma latitudinal, China sería la zona más septentrional (norte), en cambio, Australia sería la más meridional (sur). Aunque es importante mencionar que, a pesar de tener una buena distribución, esta especie suele congregarse en áreas de 50 Km² o menos, o eso se ha determinado en base a los escasos estudios realizados.

Figura 3: Mapa de la distribución de E. blochii. Extraído de u/chris_huh (Wikipedia).

Antes de nada, se debe mencionar que los esfírnidos están considerados como la familia más moderna de los tiburones, apareciendo en el Neógeno (≈ 23 millones de años). Por lo que, ellos (y por ende E. blochii) y aproximadamente el 10% de las especies de tiburones, poseen la forma de reproducción más avanzada, el viviparismo placentario. Dentro de ésta, según el sistema del traspaso de los nutrientes existen 2: hemotrófico e histotrófico. Como E. blochii se trata de un esfírnido, posee el segundo de estos sistemas, además de un cordón festoneado. Gracias a esta forma reproductiva, E. blochii puede llevar adelante, con bastantes garantías, camadas numerosas, desde 6 hasta 25 crías tras un periodo de gestación de 8 hasta 11 meses, con un TL de 32 – 45 cm. El número puede parecer bajo, pero en comparación a otro esfírnido de pequeño tamaño como lo es el lanetón (S. tiburo), que también tiene cifras bajas (6 – 9 crías), no tiene números bajos, en cierta medida el tamaño sí importa, aunque en este caso se trata de la TL de la especie.

Dicho periodo de 8 – 11 meses, está basado en que, las ejemplares realizan el parto en las aguas de Bombay (India) entre los meses de marzo y mayo. Por lo que el apareamiento, tendría lugar durante el monzón (desde junio a agosto), porque en los meses de septiembre y octubre, aparecen hembras con pequeños embriones. Sin embargo, lo anterior se basa en suposiciones a partir de las capturas de ejemplares, por lo que es algo que se debe “coger con pinzas”. Ya que se pudo ver que el periodo de gestación y el tamaño de la camada del norte de Australia es mayor que aquellas de la India, siendo esto un asunto que abarcaré al final. Además, como dato curioso antes de terminar este apartado, diversas fuentes dicen que las hembras grávidas (embarazadas) se lucharían entre sí, personalmente si esto es cierto, me atrevería a decir que se trata de un comportamiento territorial, algo curioso desde luego.

Figura 4: Ejemplar de hembra supuestamente grávida en un mercado de Papúa Nueva Guinea. Fotografía de William White.

En lo que respecta a la dieta del E. blochii, no es una especie que destaque por alimentarse de presas pintorescas ni nada por el estilo. Básicamente es una dieta basada en pequeños peces, crustáceos y cefalópodos costeros, de éstos los peces son el grupo más importante. De dichos peces, las familias más destacables son los clupeidos (Clupeidae), sinodóntidos (Synodontidae), pequeños carángidos (Carangidae), polinémidos (Polynemidae), mugílidos (Mugilidae), triquiúridos (Trichiuridae) y miembros de la familia Leiognathidae. Aquí se puede destacar que las especies de la familia Polynemidae, son eurihalinas pudiendo así habitar tanto en agua salada, como en salobre e incluso dulce. Esto último es de especial interés para E. blochii ya que suele entrar en estuarios, cuya salinidad es menor que la del mar/océano pero superior a la fluvial, por ello se dice que es salobre. Dicha dieta hace que esta especie tenga un nivel trófico de aproximadamente 4,1. Esto es debido a la cantidad de peces hallados, ya que por lo general tienen niveles tróficos más elevados que los crustáceos, por ello el valor del nivel trófico de E. blochii es “elevado”. De todas formas, se necesitan más estudios (en la medida de lo posible) para determinar correctamente su nivel trófico de esta especie. Pero en base a lo anteriormente dicho, personalmente la catalogaría como un mesodepredador.

En relación a la dieta, se puede decir que la extravagante forma de la cabeza de E. blochii jugaría un especial papel. Y es nada menos que en la detección de sus presas, otros organismos y del propio entorno. Ya que el hábitat de esta especie, generalmente es de fondos fangosos y arenosos de la zona submareal, donde predomina la turbidez haciendo que la visibilidad no sea muy buena. Por lo que se requiere de la coordinación de varios sentidos para poder moverse por estas turbias aguas.

Figura 5: Un E. blochii nadando en las turbias aguas del golfo de King Sound, concretamente en la desembocadura del río Fitzroy (Australia). Gif extraído de River Monsters.

Esto es debido a que posee una elevada proporción de ampollas de Lorenzini, tanto ventrales como dorsales, este hecho hace que sea el único esfírnido en presentar un número prácticamente idéntico de ampollas tanto ventrales como dorsales. Además, E. blochii carece de bastantes ampollas a lo largo del borde anterior de la cabeza, las cuales sí están presentes en todas las demás especies de esfírnidos. Posiblemente esto se deba a que esta especie presenta unas amplias narinas ubicadas a lo largo de las expansiones laterales de la cabeza, que a diferencia de las demás especies de esfírnidos, ya que éstas las poseen en los laterales de dichas expansiones, cerca de los ojos vaya.

Figura 6: Ubicación de las narinas en S. lewini y S. tiburo (A), y en E. blochii (B). Imagen modificada de SharkPulse (Stanford's Shark Baseline Project).

Entre el buen número de ampollas de Lorenzini y sus peculiares narinas, esta especie se trata de un auténtico escáner. Aunque es importante mencionar, que ya no solo esta especie, sino toda la familia de los esfírnidos, poseen un campo de visión binocular increíble, ya que poseen un ángulo muy grande, siendo de unos 218º aproximadamente. Concretamente E. blochii tiene un ángulo de 48º de superposición binocular, haciendo que tenga una mejor visión que incluso otras especies de carcharhínidos, por ejemplo, el del Carcharhinus acronotus es de 48º. Es importante considerar que el solape existente, se debe a la natación, ya que debido al estilo carangiforme que poseen, la cabeza se mueve hacia los lados. Por este motivo, se presenta dicho solape, aunque el del E. blochii es mejor que otras especies de esfírnidos, ya que éstos tienen solapes muy pequeños (S. tiburo: 52º) o nulos (S. lewini: 69º).

Figura 7: Campos de visión de diferentes especies. Siendo S. tiburo A, S. mokarran B, y Carcharhinus acronotus C. Imagen modificada de McComb, Tricas y Kajiura (2009).

Una gran cabeza, no solo proporciona un excelente campo de visión y un buen número de ampollas de Lorenzini. Sino que también una maniobrabilidad superba, esto se debe a la gran superficie alar que posee su cabeza. Permitiendo realizar giros muy cerrados, por lo que, a la hora de buscar a sus presas sobre el fondo, lo tiene bastante sencillo, siendo muy similar a cómo S. mokarran busca rayas. Dicha maniobrabilidad también se debe a que los esfírnidos poseen la aleta dorsal más larga que las pectorales, esto también hace que puedan dar giros cerrados. Y en el caso de E. blochii, su aleta dorsal, de proporcionalmente un buen tamaño, tiene un margen posterior algo curvado, reminiscente a la que tiene S. mokarran. Por lo que la capacidad de realizar giros cerrados le viene de lujo a E. blochii debido a que, al moverse por aguas normalmente turbias, pueden estar repletas de obstáculos, los cuales parece sortear sin ningún problema. Y ante la detección de una presa o depredador, pueden cambiar su rumbo inmediatamente. Respecto a los depredadores, básicamente consisten en especies de tiburones de mayor tamaño, aunque no se sepan cuáles son, probablemente lo sean S. mokarran y Carcharhinus leucas, éste último se le conoce como tiburón toro, sarda o lamia. A éste lo puedes llamar como quieras, pero lo importante siempre es el nombre científico *guiño guiño*.

Figura 8: Raro ejemplar de E. blochii hallado en el norte de Australia. Fotografía de David Morgan (Sharks and Rays Australia).

¿Por qué hay tan pocos estudios de E. blochii? Bueno, se debe decir, antes que nada, que se trata de una especie bastante rara. Aquí debo de hacer un pequeño apunte, que hayan “pocos” ejemplares de una especie, no es necesariamente algo malo. Ya que recordemos que existe un concepto llamado capacidad de carga (K), que básicamente consiste en el crecimiento límite máximo de una población biológica que puede soportar un ecosistema en un período determinado, sin que haya efectos negativos para esa población, ni para el propio ecosistema. Es decir, en palabras simples, el número de ejemplares de una determinada especie que puede soportar un determinado ecosistema. Por lo que se puede afirmar con palabras también simples, que si existen pocos ejemplares en un ecosistema clímax (estado de equilibro y en buenas condiciones), pues quiere decir que el ecosistema “no puede hacer más”. Por lo que la baja cantidad de ejemplares de E. blochii no tiene porqué ser negativa. De hecho, el número de avistamientos totales de esta especie, no llegan a los 140. Es un número bastante bajo, y de dicha cifra la mayoría se recogen en el mar de Timor y Arafura, o lo que viene siendo el norte de Australia. Aunque cabe mencionar que, en la India, también existe un gran número de registros. Pero, un problema que parece presentar esta especie, es la fragmentación que sufren sus poblaciones, y esto sí es una amenaza para esta especie.

Figura 9: Estado de E. blochii de forma global según la IUCN. Imagen sacada de la IUCN Red List.

Por ello, según la IUCN, de forma global (donde se distribuye la especie vaya) se considera que esta especie se encuentra en peligro de extinción (EN; Endangered). Porque si aplicamos la lupa, en Australia posee una categoría de preocupación menor (LC; Least Concern), ya que las poblaciones de allí están en un buen estado. Sin embargo, en otros lugares como el golfo de Tailandia, la India e Indonesia, donde el impacto de las pesquerías, en este caso de redes, es bastante alto. Encima se debe decir que E. blochii es una especie que vive en zonas en las que se emplea bastante el enmalle, por lo que su gran cabeza se convierte en su gran debilidad. Al tratarse de una especie rara, tampoco salen muchos ejemplares, de todas formas, seguramente hayan más de los que figuran en el papel, ya que en esos lugares no existe mucha regularización. Por lo que, de la misma manera en la que desgraciadamente le ocurre a un elevado número de especies de tiburones, la mayor amenaza a la que están expuestos es la sobrepesca.

Figura 10: Ejemplar capturado de E. blochii en el norte de Papúa Nueva Guinea. Imagen extraída de u/PNGSharksRays (Twitter).

Seguramente ahora os estéis preguntando… ¿Para qué los pescan? Bueno, no existe una pesca específica de E. blochii ni mucho menos vaya. Pero guste o no, los tiburones son un recurso importante, y su carne es consumida. Aunque una vez capturado, pues lo típico vaya. Las aletas son destinadas a ciertas cosas que tanto tú como sabemos… Mientras que su carne suele ser vendida localmente e incluso es exportada. Por ello es importante que exista una buena relación entre la ciencia y los pescadores, ya que ambos pueden ayudarse mutuamente, trabajar conjuntamente para cuidar el ecosistema y colaborar para conseguir un desarrollo sostenible (todo ello en su mayor medida claro). Ya sé que suena muy utópico, pero bueno… Por suerte soñar es gratis, o por el momento eso parece.

Anteriormente he mencionado diferencias en el periodo de gestación y el tamaño de la camada entre el norte de Australia y la India, lo cual es algo normal, nada descabellado vaya. Además, previamente he mencionado que las poblaciones de esta especie sufren de una fragmentación. Pues, aunque lo anterior no tenga mucho que ver, es posible que pueda tener cierta relevancia. Esto es debido a que existe la posibilidad de que haya una nueva especie del género Eusphyra nadando por el Indo-Pacífico occidental.

Figura 11: Etiquetado de un ejemplar de E. blochii en el norte de Australia. Fotografía extraída de Ian Dick (Sharks and Rays Australia)

¿Una nueva especie? Pues parece ser que mediante el estudio de la secuencia de NADH2, se obtuvo que ciertos ejemplares capturados en Sri Lanka, difieren significativamente de su espécimen referencia de E. blochii del norte de Australia. Por lo que parece que existen indicios de esa posibilidad. Aunque sí se debe mencionar, que los ejemplares de E. blochii de la bahía de Bengala, se les llamaba Zygaena laticeps (Cantor, 1837), el cual se considera como un sinónimo para E. blochii. Pero bueno, la posibilidad de que la existencia de Eusphyra laticeps como una propia especie no suena nada alocado en mi opinión. Ya que, parece que tienden a congregarse en ciertos puntos, haciendo que la población se fragmente (quitando el factor humano claro). También, es muy improbable que se trate de una especie que realice grandes desplazamientos, por lo que la existencia de un intercambio genético entre poblaciones sería baja. Esto parecería un claro caso de especiación, pero con el escaso número de investigaciones sobre E. blochii, pues hace que sea complicado determinar correctamente este tipo de “conflictos”. Así que el tiempo probablemente será el responsable de aclarar este genético asunto.

Figura 12: El ejemplar de E. laticeps hallado. Imagen extraída de Fernando et al. (2019).


C'est fini! Hasta aquí todo sobre esta fantástica, rara y curiosa especie de esfírnido. Realmente, existe una buena escasez de información, aunque de todas formas hay información poco relevante. Pero lo importante es que la información más troncal e importante se encuentra aquí.

De todas formas, si has llegado a este punto (espero que sin hacer trampas) te estoy muy agradecido. Ya no solo por haber leído esta larga entrada (sorry), sino porque has mostrado interés en llegar hasta aquí. Así que, de nuevo, ¡muchas gracias!

También pido disculpas por no haber subido mucho contenido, debo decir que han sido por diversas circunstancias de esta vida, pero bueno. Personalmente me gustaría subir más cosas por aquí, aunque también lo haré por redes sociales, para que haya más “formatos” en los que leer este tipo de cosas. Bueno, dejo de enrollarme, que ya lo he hecho bastante… ¡Muchas gracias por vuestra lectura! Y espero que hayas aprendido alguna cosa, ya que eso es lo más importante.

 

Y una vez más ¡Nos vemos al otro lado del océano!

Pol Carrasco Puig.




¹ Por el momento existen 10 especies descritas de esfírnidos (Sphyrnidae) las cuales son (sin ningún tipo de orden en concreto):

Eusphyra blochii, Sphyrna mokarran, Sphyrna zygaena, Sphyrna lewini, Sphyrna gilberti, Sphyrna couardi, Sphyrna tudes, Sphyrna media, Sphyrna corona y Sphyrna tiburo.

² LT: Longitud total. Es aquella que se mide desde la punta del morro, hasta la punta del lóbulo dorsal de la aleta caudal.



BIBLIOGRAFÍA:

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Fernando, D., Bown, R., Tanna, A., Gobiraj, R., Ralicki, H., Jockuch, E., Ebert, D., Jensen, K. and Caira, J., 2019. New insights into the identities of the elasmobranch fauna of Sri Lanka. Zootaxa, 4585(2), p.201.

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